La sobrecontextualización
Arquitectura no son objetos dejados caer en el espacio, es la materialización de una respuesta a unas determinadas condiciones.
Hace unos meses comentaba la diferencia, casi el shock, entre la intencionalidad arquitectónica y la obra materializada.
Y es que vivimos en una era en la que el continente es requerido para acceder al contenido y éste queda expuesto a convertirse en un elemento casi accidental de una técnica prácticamente prefabricada sujeta a la tendencia estilística del momento.
Nos esforzamos por representar la arquitectura en el contexto para el cual ha sido proyectada y éste a veces acaba absorbiendo la obra en sí.
Hemos podido ver cómo los estilos de reproducción arquitectónica han ido adquiriendo un carácter principal, cuando no protagonista, en la exposición de la obra, donde el continente puede llegar a eclipsar el contenido. No obstante, aunque parezca un acto derivado de la metodología proyectual, no es algo que podamos considerar aislado de la técnica informática.
Piranesi ya representaba su percepción aumentada de la arquitectura, cobrando la escena casi más importancia que la obra en sí. Por tanto no hablamos de una moda de hoy, sencillamente hablamos de arquitectura con una intencionalidad intrínseca que aporte más que el objeto en sí, genere situaciones y acabe siendo contexto de sí misma.
Decía Walter Benjamin que el problema de la reproducción de las artes es que la estructura de la obra ya no se consume, tan sólo la parte más intensa, más emocionante.
De este modo, llevado a la música, el track queda reducido a una serie de cadencias repetidas sin contexto, y como es natural, en la previsualización del streaming escuchamos la parte intensa, que representaría a toda la obra. Se incita a consumir el render.
En lo referente a la representación arquitectónica, un buen fotógrafo de arquitectura planteaba la disyuntiva de representar el edificio desde un juego de encuadres potenciales o desde el ejercicio de la comprensión en su conjunto.
En fotografía de arquitectura todavía existen cánones heredados de la exigencia técnica, como la fotografía en horas azules o con cielos nublados, las retroiluminaciones excesivas...Representaciones en unos contextos que difícilmente sean los mismos que los del observador final de la obra.
¿Podríamos considerar manipulación un objeto representado parcialmente que hable en un lenguaje diferente al contexto de la obra conjunta?
Independientemente de la predisposición hacia una reproducción, leal más que real, hacia la obra, siempre va a quedar reducido una serie de factores que se tratan de mostrar pero no tienen la capacidad de trasladar todos los elementos determinantes para una comprensión no adulterada.
Pero, ¿queremos que se nos muestre la obra en su totalidad? Su creador hace un trabajo de síntesis para compilar ésta, hacernos entenderla con el mayor número de elementos actuantes y facilitar el consumo.
Por tanto los renders con entornos desvirtuados no tratan de representar de manera fidedigna el ámbito sino trasladar el ambiente al formato y hacer partícipe al espectador de las sensaciones que contiene.
Después de todo, la arquitectura es obra y contexto.
Museo Nacional de Arqueología Subacuática, Cartagena, España
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu comentario (: