La negación como adición
Todos conocemos la arquitectura de los m2.
Nos lo achacamos al "bum" de los 2000 como causante de la minuciosidad en el proyecto de cada cm2 en la vivienda.
Pero la realidad es que somos, por herencia, una cultura de la propiedad.
Nos gusta poseer, y acotar lo adquirido.
Cuántos casos de viviendas, sobre todo en zonas alejadas de la urbe, no vuelan sus salones sobre la calle?
Si la normativa permite sacar de fachada 1m2, LO SACAMOS!
Y resulta a veces trabajo arduo hacer entender que llenar el máximo permitido, ya sea en parcela o cualquier otro caso, no garantiza (ni mucho menos) el logro de una vivienda como hogar.
Hablo pues de la capacidad de rechazo de ciertos aspectos materiales (como una cocina de dimensiones monumentales) para dar cabida a otros muchos intangibles (como la luz de un patio).
Nos lo achacamos al "bum" de los 2000 como causante de la minuciosidad en el proyecto de cada cm2 en la vivienda.
Pero la realidad es que somos, por herencia, una cultura de la propiedad.
Nos gusta poseer, y acotar lo adquirido.
Cuántos casos de viviendas, sobre todo en zonas alejadas de la urbe, no vuelan sus salones sobre la calle?
Si la normativa permite sacar de fachada 1m2, LO SACAMOS!
Y resulta a veces trabajo arduo hacer entender que llenar el máximo permitido, ya sea en parcela o cualquier otro caso, no garantiza (ni mucho menos) el logro de una vivienda como hogar.
Hablo pues de la capacidad de rechazo de ciertos aspectos materiales (como una cocina de dimensiones monumentales) para dar cabida a otros muchos intangibles (como la luz de un patio).
Una calle de Abanilla - Fotografía Víctor Pacheco
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