La arquitectura en la publicidad

Aunque no me entusiasma la televisión reconozco que hay algunas veces que hace que merezca la pena.

Para ver películas, documentales o noticias ya tengo internet, si veo la televisión es por los anuncios, me entusiasman.

Los anuncios son el reflejo del momento. La publicidad pura y dura refleja los hábitos y pretensiones de la sociedad, que sean más o menos acertados, es otra historia.

Pero como en todo lo bueno, hay algo más bueno aún, los anuncios arquitectónicos.
Muy pero que muy frecuentemente la arquitectura está presente en la publicidad, sobre todo en los productos como perfumes, coches o moda.
A veces la encontramos de forma disimulada, otras planos sueltos y rápidos (frecuentemente de NY), y otras de forma explícita donde la obra de arquitectura se convierte en el cuerpo del anuncio, como es el caso del spot de UOMO, el perfume de Ermenegildo Zegna en la Casa Malaparte.



Por qué la arquitectura? 
Son muchas las razones, la primera como decía antes, los anuncios al igual que la arquitectura, son el reflejo de la sociedad actual (lo cual no implica que la arquitectura que se muestre tenga que ser meramente actual, sino tener potencia como un pueblo griego, un conjunto de rascacielos o una gran obra); la segunda razón es que los anuncios tratan de emocionar, emocionar con algo que no conoces, no sabes si funciona y además tienes que pagar por ello...no suena muy convincente, de modo que se recurre a la arquitectura que todos la hemos visto y en televisión como en la realidad (con variaciones) no hace falta tocarla para que emocione; y en tercer lugar, la arquitectura es cara, mucho más cara que un perfume o un coche y está proporcionando un caché distinguido al actor usuario del producto: si el de Hugo Boss está en un ático o el de Carolina Herrera en un apartamento con unas vistas privilegiadas, al convertirte tu en usuario de ese producto obtendrás parcialmente ese juego de sensaciones, en formato transportable y mucho más asequible.