Limites II

Mel Brooks decía “Tragedia es cuando me corto mi dedo. Comedia es cuando caes en una alcantarilla abierta y mueres.”

Nuestra capacidad de seres inteligentes nos permite abordar un problema en sus primeros síntomas, buscando siempre que no exista una consecuencia. Sin embargo, nuestra capacidad de razón, que posee la dulce habilidad de ser camuflada cuando la situación lo requiere, se ve inevitablemente contaminada por un instinto básico que prima como ley fundamental nuestra supervivencia frente al bien común.
Hoy prácticamente toda la población mundial tiene acceso a información al instante. No es complicado observar el impacto de los combustibles fósiles o la ganadería intensiva; no es difícil conocer quién fabrica los móviles; no cuesta saber cuanta gente muere de hambre frente a la comida que tiramos. Conocemos a tiempo real. Dicho esto, asumimos que los daños son colaterales si han de suceder a otros por un bien común (bueno para no tener que plantearnos nuestra comunidad).




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